31.5.09
17.5.09
Máscaras fluidas - Capítulo 2 -Continuación III- (El Onirógrafo)
XI
Sigo con Bachelard, y entiendo con las mismas características a la poesía del onirógrafo y a sus sueños:
De las transformaciones oníricas no retenemos sino las estaciones. Y sin embargo, son la transformación o las transformaciones las que hacen del espacio onírico el lugar mismo de los movimientos imaginados.
(….)
Velo de Maia no arrojado en absoluto sobre el mundo, sino sobre nosotros mismos por la noche bienhechora, velo de Maia apenas del tamaño de un párpado. ¡Y qué densidad de paradojas cuando imaginamos que ese párpado, que ese velo pertenece a la noche tanto como a nosotros mismos!
(….)
Para dormir bien hay que seguir la voluntad de envolvimiento, la voluntad de crisálida, seguir su centro, en la suavidad de espirales bien enroscadas, el movimiento envolvente; en pocas palabras el esencial devenir curvo, circular, huyendo de los ángulos y las aristas.
XII
JOHNNY: Hubo momentos en los que me sentí muy calmo respecto de todo lo que me rodeaba, de todo lo que sucedía en mi interior. La última vez que sentí esa calma estaba en el sur de Francia, en casa de unos amigos. Estaba sentado en un coche, con mi chica, rodeado de árboles.
ALLEN: ¿Recordás qué podías oir en ese momento?
JOHNNY: Había un hermoso silencio, y algo que me hacía sentir que no hacía falta que dijeramos nada.
ALLEN: ¿Algún sabor?
JOHNNY: Oh, el sabor que recuerdo es el de un beso. Tenía un gusto tibio.
ALLEN: Cuando yo escribo poesía, lo que hago es tomar un momento en el tiempo, como ése, y reunir todos los elementos - imágenes, olores, sabores, sensaciones - para ver si pueden confomar un cuadro que logre transmitir esa sensación en la forma de una obra de arte.
A pesar de coincidir con Ginsberg, no puedo relacionar la poesía con la pintura, como se lo ha intentado hacer a través del tiempo. Sino que lo asocio directamente con lo que en la arte moderno se conoce con el nombre de instalación. Términos como "assamblage" o "environment", para mí, no le son desconocidos.
XIII
Un poema es una instalación que es ubicada en un lugar particular del mundo a través del cuerpo que le dio origen.
Un sueño es una instalación que es ubicada en un lugar particular del mundo a través del cuerpo que le dio origen.
XIV
Y el cuerpo del onirógrafo no es un solo cuerpo. Es aquel durmiente del ocultamiento y aquel que durante la vigilia escribe, devela el velo pero a la vez vuelve a él para asir las imágenes y sensaciones con las que ha sido cubierto durante la noche, durante la amplia y profunda noche.
Pero así y todo, los cuerpos del onirógrafo no dejan de ser “máscaras, máscaras fluidas que nacen, representan su comedia o drama, y mueren”.
7.5.09
Las simpatías - Capítulo 2 -Continuación II- (El Onirógrafo)
VII
Cortázar agregaría: “Del mismo modo nuestro poeta, mago ontológico, lanza su poesía (acción sagrada, evocación ritual) hacia las esencias que le son específicamente ajenas, para apropiárselas. (…). Pero procede ritualmente como la magia, después de purificarse de toda adherencia que no apunte a lo esencial. En vez de fetiches, palabras claves; en vez de danzas, música del verbo; en vez de ritos: imágenes cazadoras.
VIII
Palabras claves, música del verbo, imágenes cazadoras: la poesía del onirógrafo.
IX
“El espacio en el que vamos a vivir nuestras horas nocturnas ya no tiene lejanía. Es la síntesis muy cercana de las cosas y de nosotros mismos”, diría Bachelard. Y para jugar con las simpatías puedo reconstruir esta frase, envolviéndola, devorándola al hacerla propia.
El espacio en el que voy a recordar mis horas nocturnas ya no tiene lejanía. Es la síntesis muy cercana de los sueños y de mí mismo.
El espacio en el que voy a escribir mis horas nocturnas ya no tiene lejanía. Es la síntesis muy cercana de los sueños y de mí mismo.
X
La poesía, del onirógrafo.
Cortázar agregaría: “Del mismo modo nuestro poeta, mago ontológico, lanza su poesía (acción sagrada, evocación ritual) hacia las esencias que le son específicamente ajenas, para apropiárselas. (…). Pero procede ritualmente como la magia, después de purificarse de toda adherencia que no apunte a lo esencial. En vez de fetiches, palabras claves; en vez de danzas, música del verbo; en vez de ritos: imágenes cazadoras.
VIII
Palabras claves, música del verbo, imágenes cazadoras: la poesía del onirógrafo.
IX
“El espacio en el que vamos a vivir nuestras horas nocturnas ya no tiene lejanía. Es la síntesis muy cercana de las cosas y de nosotros mismos”, diría Bachelard. Y para jugar con las simpatías puedo reconstruir esta frase, envolviéndola, devorándola al hacerla propia.
El espacio en el que voy a recordar mis horas nocturnas ya no tiene lejanía. Es la síntesis muy cercana de los sueños y de mí mismo.
El espacio en el que voy a escribir mis horas nocturnas ya no tiene lejanía. Es la síntesis muy cercana de los sueños y de mí mismo.
X
La poesía, del onirógrafo.
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