Sueño 826 /
las uñas se despedazan contra el mármol. Es una madrugada prematura. Sé que estoy aquí y, sin embargo, no puedo entenderlo: al tacto, mi epitafio resulta grotesco. Observo las vendas y un colgajo de sábanas secándose en la parte de atrás de un edificio desconocido. Ginsberg acaba de fotografiarlas desde su cocina. Ahora realiza varias tomas del interior: es un lugar amplio, hay platos sucios por todas partes. Las cortinas se mecen. Estoy ahí, afuera o adentro. Apenas alcanzo a reconocer las fechas en los negativos. Un ángel canoso está sentado a la mesa, en un papel escribe el poema que más tarde llamará São Paulo revisited. Todo se detiene unos instantes, nos miramos a los ojos. Con él sólo puedo ir hacia la apertura del juego. Con cierto temor muevo una primera pieza. Las palabras desnudan mis sentidos y la cama se llena de presencias inútiles. Intento salir del sueño pero un cigarrillo me sostiene en la ranura del silencio. Veo, por encima de mi naturaleza, el hombro del horror que nos acompaña.
..............................................................a Mario Trejo
Texto: Fabián San Miguel.
Fotografía: Allen Ginsberg.