12.4.09

La vasta intuición - Capìtulo 2 (El Onirógrafo)


Capítulo 2

I
Yo, el onirógrafo al lado del primitivo, arrojado a la vasta intuición del poeta. Recojo el guante que se sumerge en la mano para ser palabra y escritura, semejanza y ritual.

II
Levanto, también, las ideas de Cortázar y las de Blondel:

“En el caso del primitivo. Su criterio de clasificación es la propiedad “mística” de cada cosa: como esas propiedades le interesan mucho más que sus caracteres objetivos, surgen de allí grupos heterogéneos (árbol-yo-sapo-rojo) pero que tienen para él la homogeneidad mística común. Y Blondel nos dice: “El sentimiento que (de la cosa) tiene la mentalidad primitiva es muy intenso; la idea que de ella se hace resulta extremadamente confusa”. Es esto, precisamente, lo que acerca al primitivo y al poeta: el establecimiento de relaciones válidas entre las cosas por analogía sentimental, porque ciertas cosas son a veces lo que son otras cosas, porque si para el primitivo hay árbol-yo-sapo-rojo, también para nosotros, de pronto, ese teléfono que llama en un cuarto vacío es el rostro del invierno, o el olor de unos guantes donde hubo manos que hoy muelen el polvo.
La serie árbol-yo-sapo-rojo vale como grupo homogéneo para el primitivo, porque cada elemento participa de igual propiedad “mística”; eliminemos esa referencia trascendente (¿lo es para el primitivo?) y sustituyámosla por participación sentimental, por analogía intuitiva, por simpatía.

III
Yo, el escriba de los sueños.
El árbol-onirógrafo-sapo-rojo.
Yo, una “identidad de esencia momentánea”.

1 comentario:

  1. Ya tiene, señor Onirógrafo, un lector más en su lista. Y no me decepciona en absoluto.

    Saludos desde el ocaso, donde los sueños sólo se asoman para atormentar...

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